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El Hogar atiende en promedio a 100 niñas, quienes oscilan entre los 0-22 años. Un alto porcentaje provienen de los diferentes Juzgados de la Niñez y Adolescencia del país, entre ellos Jalapa, Jutiapa, Santa Rosa, Chiquimula, San Marcos, Izabal, etc. Las niñas han sido víctimas de maltrato físico, psicológico, desnutrición, violencia intrafamiliar, incesto, violación, abandano, etc.. También se reciben a niñas en condiciones de extrema pobrema.
A pesar que las niñas son referidas por los Juzgados, no se recibe ningún apoyo económico ni material de ninguno de ellos, como tampoco de ninguna otra entidad del Estado. El Hogar se sostiene por medio de las donaciones de personas altruistas que colaboran con víveres, ropa y zapatos.
A todas las niñas se les proporciona alimentación, educación, salud, recreación, acompañamiento psicológico y espiritual, capacitaciones y vestuario.
Historia
El Hogar inició, según palabras de las hermanas, “por obra y gracia del Espíritu Santo”, ya que no estaba previsto en los planes de Nuestra Amada Congregación, pero sí en los planes de Dios.
La obra inició en 1995 cuando una niña de diez años huyó de su casa y tocó la puerta del Convento en busca de refugio. La niña era huérfana de padre y víctima de violencia de su padrastro y de su madre, quien murió años más tarde asesinada por aquél en su propia casa. La decisión de las religiosas fue difícil, pero no podían abandonarla así que dieron parte a la Policía Nacional Civil –PNC- y la incorporaron a la vida del convento.
Poco a poco fueron llegando más niñas de distintas comunidades, todas ellas víctimas de violencia intrafamiliar, hasta que en 1998 llegaron a sumar 80. Todas Las niñas y las religiosas vivían en el Postulantado de la Congregación, en una pequeña casa que albergaba a más de 120 personas, sin más ayuda que su fe y la caridad. Entre 1998 y 2003, algunas personas e instituciones altruistas tanto nacionales como europeas, donaron un terreno de dos manzanas (más o menos 1.5 hectáreas) y construyeron un edificio de dos pisos para que habitaran las religiosas y las niñas.
El Hogar se ha desarrollado paulatinamente y, actualmente, alberga aproximadamente a 110 niñas (población que varía según los ingresos y egresos en el transcurso de los meses). Las edades entre las que oscilan son de los 0 hasta los 24 años. Las niñas vienen de Jalapa, pero también de otros departamentos del país como Zacapa, Alta Verapaz, El Progreso, Chiquimula, San Marcos, Sololá, Jutiapa, Santa Rosa, Izabal, Guatemala, etc. Un alto porcentaje de niñas son referidas por los diferentes Juzgados de la Niñez y Adolescencia de toda Guatemala, no obstante, tal como se ha referido antes, no contamos con ningún apoyo de entidades del Estado.
Cabe mencionar que el Hogar tiene una importante labor social, no sólo jalapaneca, sino a nivel nacional, ya que se le ha proporcionado educación a todas las niñas desde Pre-Primaria, Primaria, Básicos y Diversificado, lo cual ha permitido un gran número de niñas hayan completado sus estudios en carreras como magisterio, peritos contadores, bachillerato, entre otras. A partir del 2016 se empezó a apoyarlas en estudios universitarios.
Preparar a la niña y adolescente de tal manera que su inserción a la sociedad sea efectiva y eficiente, competente y actualizada, a través de estudios académicos, acompañamiento psicológico, espiritual y recreativo que el Hogar brinda a cada una en particular.
Trasformar la dura historia que ha marcado la vida de niñas y adolescentes a través de la sanación y superación de los traumas vividos, así como además ayudarlas en integración social, de la manera más adecuada posible, como seres humanos de bien cuyo aporte transmita todo aquello que han recibido de Dios y del Hogar que les ha protegido.
Abrigar, proteger, alimentar, educar, capacitar y brindar salud a niñas y adolescentes víctimas de violencia intrafamiliar, física, emocional, psicológica, situación de abandono, maltrato físico, violación, incesto y en extrema pobreza, quienes ingresan a nuestra Institución en busca de amor, paz y felicidad.
Somos una gran familia que quiere acoger y ofrecer a las niñas que sufren, un ambiente cálido que les permita ser y vivir el verdadero amor a Dios y al prójimo.